viernes, 11 de octubre de 2013

ORIGEN DEL TOMATE

EL TOMATE: origen, botanica, factores de produccion, fertilizacion, costos
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Descripción General
El tomate, Licopersicon esculentum Mill, es la hortaliza más importante en Venezuela. En 1998 se cosecharon 9.200 hectáreas con una producción de 179.100 toneladas métricas que fueron al mercado fresco, agroindustria y una pequeña cantidad a la exportación. 

Las áreas de mayor producción de ésta hortaliza en el país se localizan en Lara, Portuguesa, Guárico, Aragua, Carabobo, Monagas y Zulia. 


ORIGEN 
El tomate es de origen suramericano; desde Perú, el tomate silvestre migró hacia el norte a través de Ecuador, Colombia, Panamá, América Central, hasta México. En este viaje sufrió algunos procesos evolutivos, pero fue en este último país donde su domesticación ocurrió con mayor intensidad, De México fue llevado por los conquistadores a España, luego a la región del Mediterráneo y más tarde al norte de Europa. Al principio, se cultivó como una curiosidad, posiblemente debido al valor ornamental de sus frutos. Su valor culinario se vio restringido por el temor a que sus frutos fuesen venenosos. Los italianos y otros europeos descubrieron posteriormente el valor alimenticio de esta hortaliza. 


BOTÁNICA 
El tomate es una planta perenne, cultivada como anual. Posee un sistema radical bien desarrollado, pudiendo alcanzar de 60 a 120 cm de profundidad (sujeto especialmente a las condiciones de suelo y humedad). 

El hábito de crecimiento es muy variable, dependiendo del tipo de variedad. En la mayoría de los casos, el tallo logra alcanzar longitudes que fluctúan entre 0,7 a 2,0 m. El tallo es anguloso y pubescente; en las primeras fases de crecimiento es herbáceo y en estado adulto leñoso. Las yemas axilares producen ramas sucesivas, mientras que las terminales desarrollan flores. 

Las hojas son vellosas y segregan una sustancia oleosa de color verde. En algunas variedades los tallos terminan en racimos florales, por lo que su crecimiento se detiene. En este caso se combina una hoja con un racimo floral; a este tipo de variedad se le denomina de crecimiento determinado y son actualmente la más utilizada para el mercado fresco y la agroindustria. 

En las variedades de crecimiento indeterminado, el punto de crecimiento no termina en un racimo floral y se alternan dos o tres hojas con un racimo floral. Estas variedades son sembradas en algunos países para el mercado fresco. 

En un racimo floral se pueden conseguir de cuatro a ocho flores, las cuales son perfectas y normalmente se autofecundan. El fruto es una baya con dos a nueve lóculos con un grupo de semillas en su interior. El tamaño o peso varía entre 30 – 400 g. El color del fruto es producido por dos pigmentos caroteniodes, la lycopercisina que da un color rojo y un isómero de ésta, la carotina que da un color anaranjado.


FACTORES DE PRODUCCION
Requerimientos climáticos 
El tomate es un cultivo de clima cálido que prospera bien en un amplio régimen de pisos bioclimáticos (0.2000 msnm). Esta hortaliza produce mejor en temperaturas mensuales promedio de 21 a 25°C; sin embargo, en el país existen siembras comerciales a temperaturas bajas (16 a 19°C), y altas (27 a 30°C). 

A temperaturas muy altas (por encima de 32°C) se observa un alto porcentaje de caída de flores, debido a un alargamiento del pistilo que impide la polinización del estigma. En el mercado semillerista se consiguen cultivares que muestran un buen comportamiento a temperaturas más cálidas 27-30°C. A temperaturas bajas (por debajo de 12°C), también ocurre una caída de flores, debido a que el polen no germina y no se realiza la fecundación. 

Densidad de Siembra 
En el país, casi la totalidad de la siembra de tomate se hace se hace por trasplante, siendo necesario producir las plántulas en semilleros o almácigos, estructuras donde las pequeñas plantas pasan la primera etapa de crecimiento y reciben una serie de cuidados especiales hasta ser llevadas al lugar definitivo de crecimiento. 

La densidad de siembra óptima recomendada está entre 4-6 g/m2, necesitándose entre 50-70 m2 de semillero para la siembra de una hectárea. 

Trasplante 
Las plántulas en el semillero están listas para ser llevadas al campo entre los 18 y 25 días después de la germinación, deben tener una altura promedio de 12 a 15 centímetros. 

Una labor muy recomendable antes del trasplante, es “el endurecimiento” de las plántulas y se hace con la finalidad de soportar el cambio de hábitat del semillero al campo o lugar definitivo de crecimiento. Se realiza disminuyendo la frecuencia y la lámina de riego en los últimos días del período de esta fase. También, se pueden usar productos cúpricos y agua de azúcar en aspersiones foliares. Antes de “sacar” las plantas se debe aplicar agua en abundancia al almácigo con el fin de aflojar la superficie del suelo y evitar la rotura de raíces. El trasplante debe realizarse en horas de la tarde (después de las 3 pm) o en días con nubosidad abundante. La surquería en el campo debe regarse unas dos horas antes del inicio de la siembra y las plantas colocarlas, aproximadamente, de 2 a 3 cm, por debajo de la línea que deja el agua en el surco. 

Suelo 
El tomate prospera bien en una gran gama de suelos, pero se consideran de óptima calidad para la obtención de buenos rendimientos, los que poseen un buen drenaje, fértiles y profundos. Los suelos limosos y arcillosos, que poseen una alta capacidad de retención de humedad, se recomiendan cuando la precocidad no es importante. El rango de pH varía entre ligeramente ácido (5,5) a reacción neutra (7,0). 

Densidad de siembra en el campo 
Estas varían de acuerdo con el tipo de tomate que se siembra y su propósito (consumo fresco o uso industrial). En general, las variedades de crecimiento indeterminado requieren de mayor espacio entre surcos y entre plantas que las variedades de crecimiento determinado. 

En el caso de cultivares para mercado fresco, las distancias mas recomendadas son: 1,20-1,40 m entre surcos y 0,30-0,50 m entre plantas. En el tomate para la industria las distancias varían entre 0,7 a 1,0 m y 0,20 a 0,30 entre plantas. 

Cultivares recomendadas

La tendencia actual es usar variedades de crecimiento determinado, lo que implica un ahorro sustancial en los costos de producción al minimizar prácticas como poda, amarre y empalado. 

En el país no existe una diferenciación clara entre el uso de variedades para consumo fresco y para uso industrial. En la mayoría de los casos, los cultivares para el mercado fresco son utilizados para la industria y viceversa. Esto obedece, probablemente, a la escasa exigencia del consumidor por tomates de mesa, tipo manzano, debido al mejor manejo y conservación del tomate perita. Los cultivares más utilizados en Venezuela son: Río Grande (híbrido), Río Grande, Lérika, Empire, Sunny, Duke Daniela, Fortaleza, Osiris y Casa del Sol. 

Riego 
Esta es una práctica común en el cultivo del tomate en el país, debido a que se siembra en época de verano en las zonas de alta precipitación y en las regiones áridas y semiáridas del país donde la precipitación es muy poca. La frecuencia o intervalo de riego se establecerá de acuerdo con el clima (temperatura), tipo de suelo y de la etapa de desarrollo en que se encuentran el cultivo. En general, los riegos en la primera fase de desarrollo después del trasplante, deben ser mas frecuentes (cada tres o cuatro días) hasta que haya una regeneración de las raíces; luego un riego semanal es suficiente hasta el término del cultivo. Los períodos críticos de riego en el cultivo son: trasplante, polinización de la flor y maduración del fruto. 

Fertilización 
Al elaborar una guía práctica para la fertilización del tomate, debemos partir de tres puntos fundamentales: 

Es indispensable realizar un análisis previo del estado nutricional del suelo donde se va a sembrar esta hortaliza, el cual dará un inventario del estado de los principales nutrimentos en el terreno y permite agregar las cantidades necesarias para obtener una buena cosecha (ver Apéndice). 

Estimar los índices de extracción de nutrimentos por cosecha; se calcula que una cosecha promedio de 40.000 kg/ha, puede extraer cerca de los 180 kg de nitrógeno, 60 a 80 kg de fósforo y 220 kg de potasio. 

Para la fertilización es importante tomar en cuenta lo siguiente: el nitrógeno debe ser aplicado en forma fraccionada hasta la primera cosecha; el fósforo y potasio aplicarlo todo al principio o fraccionarlo en el primer mes de crecimiento. 

Primera fertilización: Entre los siete y diez días después de trasplante, cuando se hace el primer arrime de tierra, aplicar 500 kg de 12-24-12 (10 sacos), 200 kg de cloruro de potasio (4 sacos) y 200 kg de sulfato de amonio (4 sacos) por hectárea. 

Segunda fertilización: Se efectúa entre los 30 a 40 días después del trasplante (post-aporque). Aplicar 300 kg de 18-46-0 (6 sacos) y 200 kg de cloruro de potasio (4 sacos). 

Una tercera fertilización: Se hace después de la primera cosecha con 300 kg de sulfato de amonio. 

Con este programa de fertilización se habrá aplicado al suelo 220 kg de nitrógeno, 260 kg de fósforo (P2O5) y 300 kg de potasio (K2O) que cubre lo extraído por la cosecha de tomate y deja un remanente en el suelo. 

En relación con la colocación del fertilizante, investigaciones realizadas por técnicos del FONAIAP demostraron que la colocación del fósforo y el potasio en forma central por debajo de la planta produce mejores rendimientos (kg/ha) y una mejor eficiencia por kilogramo de fertilizante aplicado. 

En el caso del Valle de Quibor y otras áreas del estado Lara (suelos pesados y bajo contenido de materia orgánica), es indispensable el uso de abonos orgánicos (estiércol de chivo, de gallina etc), que son aplicados en el fondo del surco con el agua de riego o en forma directa. 

Arrime de tierra y aporque 
Son prácticas generalizadas por los agricultores; la primera se hace de siete a diez días después del trasplante, con la finalidad de evitar el contacto directo de las plantas con el agua de riego (Figura 5). Con el aporque, se coloca la planta en el centro del camellón y se persigue que la humedad llegue a la misma por ambos lados del surco y que se produzca un mayor desarrollo radical. 

También se logra eliminar las malezas que en esa etapa del cultivo compiten por agua, nutrimentos y luz. Esta práctica se realiza aproximadamente a los 30 ó 40 días después del trasplante. 

Esta práctica cultural se puede hacer a mano (escardilla) en pequeñas extensiones y mecanizada en siembras de grandes extensiones. 

Poda y empalado

Estas dos labores culturales están íntimamente ligadas; con la poda se eliminan una serie de tallos o chupones que brotan en la planta de tomate a partir de las yemas laterales ubicadas en las axilas de las hojas. 

En la región de la Depresión de Quibor los agricultores podan a dos tallos y eliminan continuamente todos los brotes que emergen después de la poda inicial. Los dos tallos que se dejan son los que se encuentran justo por debajo del primer racimo floral. Actualmente esta práctica se limita a una poda inicial, antes del aporque, por el uso de cultivares de crecimiento determinado. 

El empalado se realiza en siembras establecidas en la época de lluvias o en zonas secas como la Depresión de Quibor, donde, debido al problema de la baja infiltración de los suelos, casi siempre se mantiene una lámina o espejo de agua en los surcos. 

El empalado normal consiste en colocar estacas o varas verticales cada 1,5 a 2,0 m sobre el camellón, donde van colocadas varas horizontales: la primera a unos 40-50 cm y las siguientes cada 40 cm. El material utilizado para empalar es maguey, guafas, caña brava y varas de café.

COSECHA

El estado de maduración del fruto, al momento de la cosecha, dependerá de varios factores. 

Para el consumo fresco: En este caso, el estado de maduración dependerá de la distancia de la finca a los lugares a donde se transportará el producto. Para mercados cercanos a los centros de producción (100 a 150 km), los frutos se cosechan en estado “pintón y/o maduros”. 

Cuando los centros de consumo están ubicados a mayores distancias, éstos se cosecha “verde-hechos” (maduros fisiológicamente y “pintones”). 

COSTOS DE PRODUCCIÓN 
El costo para sembrar una hectárea es variable y dependerá de: 
Tomate para la industria. 
Tomate para consumo fresco. 
Paquete tecnológico que se aplique.


Plaga y Control
CAUSADAS POR HONGOS 
Rhizoctoniosis solani 
Síntomas: Generalmente la enfermedad se presenta a nivel de semilleros, ocasionando varios daños, en preemergencia de las plántulas causa pudrición de la radicula y la plántula no emerge, y en poemergencia se presenta un estrangulamiento a nivel del cuello de la plántula produciendo el acame de la misma, como también un marchitamiento por muerte de las raíces. Plántulas trasplantadas con daño de la enfermedad, puede doblarse en la fase de formación de frutos. 

Manejo: 

Seleccionar suelos nuevos o en descanso para la instalación de semilleros. 

Desinfectar con dazomet (Basamid) los semilleros o cubrir los semilleros humedecidos con plástico trasparente por 30 días (solarización). Posteriormente aplicar productos a base de Trichoderma (Natibol). 

Manejo adecuado de los semilleros (ver semillero). 


Sancocho: Fusarium sp, Phytium sp, Rhizoctonia sp 

La enfermedad se manifiesta por un acame de la planta causada por una destrucción del sistema radicular. Esta enfermedad se presenta en suelos muy húmedos y sin buen drenaje. 

Manejo: (ver Rhizoctoniosis) 


Candelilla Temprana: Alternaria solani 

Síntomas: A nivel foliar las lesiones se presentan como manchas irregulares de tamaño variable, color castaño oscuro y rodeada de un halo amarillento. Sobre las lesiones se forman anillos concéntricos, que son las estructuras de reproducción del hongo. Cuando las lesiones se presentan en flores y frutos. La enfermedad se presenta en condiciones de lluvias esporádicas y alta humedad. 

Manejo: 

Al presentarse los primeros síntomas, aplicar funguicidas a base de mancozeb, zineb (Dithane, Triziman, Kinfung, Zineb), propineb (Antracol) o chlorothalonil (Daconil o Bravo 500). 

Si la incidencia es alta azoxystrobin (Amistar) o cymoxanilo + mancozeb (Curazin P.M.) alternado con los productos anteriores. 

En épocas de lluvias sembrar con baja densidad y surcos de siembras ubicados en la misma dirección del viento. 


Moho Gris: Cladosporium fulvum. 

Síntomas: Las lesiones se presentan a nivel foliar y se caracterizan por ser manchas irregulares de borde no definido por el haz, el cual se corresponden por el envés con la presencia de un moho grisáceo, que representan las estructuras reproductivas del hongo. Generalmente se presentan en el tercio inferior de la planta. En condiciones de humedad relativa alta, la incidencia es mayor, adquiriendo la siembra un aspecto de quemado o candelilla. Puede causar estrangulamiento en el pedúnculo floral, ocasionando su caida. 

Manejo: 

Aplicar funguicidas a base de cobre (Cobres, Komac, Trimiltox-Forte, Covinex Forte) alternado cobre con mancozeb o maneb y zineb (Cuprosan, Cobrethane). 

Establecer un manejo adecuado de fertilización. 


Mancha de Hierro: Stemphylium. 

Síntomas: A nivel foliar se presentan pequeñas manchas de color marrón oscuras, deprimidas por el haz que se corresponden por el envés con la formación de estructuras reproductivas del hongo. 

Se caracteriza la enfermedad por presentarse generalmente en el tercio inferior de la planta; cuando las condiciones de temperatura y humedad alta coinciden con lluvias abundantes, el patógeno se multiplica rápidamente desarrollándose gran cantidad de manchas ocasionando un quemado violento a la planta. Generalmente la enfermedad se presenta durante la fase de floración y formación de frutos causando pérdidas considerables. 

Manejo: 

Al aparecer las primeras lesiones aplicar funguicidas a base de chlorothalonil (Daconil o Bravo 500) alternado con Mancozeb (Dithane, Triziman o Kinfung). A la incidencia de la enfermedad aplicar azoxystrobin (Amistar) o cymoxalino + mancozeb (Curazin P.M.) alternado con clorothalonil. 

En época favorable a la enfermedad sembrar con poca densidad de siembra y surcos en dirección del viento. 

No utilizar la variedad Río Grande por su alta susceptibilidad. Sembrar variedades o híbridos tolerantes a la enfermedad, Casa del Sol, Río Grande.........


Marchitez Vascular: Fusarium oxysporum f.s. Lycopersici. 

Síntomas: La enfermedad se manifiesta durante la fase de fructificación del cultivo y se caracteriza por un amarillamiento de las hojas bajeras y posteriormente avanza hacia la parte superior, generalmente de uno de lados de la planta. Al extraer una planta y hacer cortes longitudinales al nivel del cuello, se observa necrosis del tejido interno. 

Por ser el agente causal un hongo habitante del suelo, la forma de presentarse la enfermedad, en las siembras, es por sectores o manchones. La siembra continua del mismo cultivo o cultivos susceptibles pueden producirse lotes totalmente infestados. 

Manejo: 

Desinfectar los semilleros y proteger el suelo con Trichoderma, en polvo mojable en dosis altas. 

Seleccionar plántulas completamente sanas y sumergirlas en solución conceptuada del hongo Trichoderma. 

Realizar una buena preparación de los suelos, y aplicar en forma dirigida, al pie de la planta una solución centrada del Trichoderma. 

Establecer una adecuada frecuencia y lámina de riego. 

En caso de presentarse plantas con síntomas de la enfermedad, extraer y eliminarla de la plantación, reducir los riegos y realizar aplicaciones dirigidas al pie de la planta y plantas adyacentes con benomyl (Benlate). 

Sembrar variedades resistentes a las dos tipo de cepa de Fusarium. Se indica en la etiqueta con una F en las especificaciones. 


CAUSADAS POR BACTERIAS 
Mancha Bacteriana: Xanthomonas vesicatoria. 

Síntomas: A nivel foliar (generalmente en las hojas bajeras), las lesiones se presentan manchas pequeñas de color castaño oscuro de forma irregular, en gran cantidad al unirse las manchas las hojas se seca. En el fruto las lesiones son pequeños chancros de color marrón oscuro. La enfermedad se presenta en época de humedad alta, precipitación abundante y temperaturas frescas. 

La enfermedad se trasmite por semilla, por lo tanto campos infestados no seleccionar semillas para futuras siembras. 

Manejo: 

Sembrar semillas certificadas. 

En caso de desinfectar la semilla sumergirlas con una solución hipoclorito de sodio al 1% por 30 segundos, eliminar el exceso del producto con agua. Como también someter las semillas a una temperatura de 50°C por 10 minutos. 

En caso de presentar síntomas a nivel de campo, aplicar productos a base de cobre (Cobrex, Komac, Trimiltox-Forte) alternado o mezclado con mancozeb (Dithane, Kinfung, Cuprosan, Cobrethane). 

En época que favorecen a la enfermedad, reducir la densidad de siembra, diseñar surcos en la misma dirección del viento y reducir los riegos. 


Peca Bacteriana: Pseudomonas syringae. 

Síntomas: Se caracterizan por manchas pequeñas irregulares de color oscuro a nivel foliar. En los frutos las lesiones son se presentan como pequeñas manchas circulares de color castaño oscuro rodeada de un verde menos intenso que el del fruto. 

La enfermedad se presenta en zonas con condiciones de humedad alta y bajas temperaturas. Su diseminación es a través de semilla. 

Medidas de Control: Idem a Manca Bacteriana. 


CAUSADAS POR VIRUS 
Mosaico Común: Virus del Mosaico del Tabaco (TMV) 

Síntomas: A nivel foliar se forman áreas verdes claras alternada con el verde de la hoja. Ataques severo y a temprana edad del cultivo producen reducción del crecimiento de las planta. 

El virus se trasmite en forma mecánica, específicamente, en la manipulación de las plantas en ciertas labores del cultivo, por lo tanto se observa mayor incidencia después del deshije (cuando se realiza) o después del empalado y durante la cosecha. 

Manejo: 

Reducir el manipuleo de la plantación, sembrando materiales genéticos de crecimiento determinado para evitar el deshije de las plantas. En épocas de poca precipitación se puede sembrar si empalar las plantas. 

Mantener niveles adecuados de fertilización. 

No fumar dentro de la plantación, ya que el virus resiste las temperaturas altas generadas durante el proceso de obtención del cigarrillo. 

Lavarse las manos con agua y jabón o sumergirlas en leche durante la manipulación de las plantas. 

Mantener niveles bajos de los insectos-plagas bajo un manejo integrado. 


Mosaico Amarillo del Tomate: Virus del Mosaico Amarillo del Tomate (MAT) 

Síntomas: A nivel foliar se observan pequeñas áreas de color amarillo intenso alternado con el verde de la hoja. Si las infecciones ocurren a temprana edad del cultivo, la producción puede ser afectada en un 40%. La enfermedad se ha presentado con incidencias altas en los estados centrales. 

El virus es trasmitido por un insecto vector, denominado mosca blanca Bemisia tabaci. 

Manejo: 

Evitar la infección temprana de las plántulas, esto se puede lograr tapando los semilleros con organiza, hasta el momento del trasplante. 

Al trasplantar colocar abundantes trampas adhesivas amarillas. 

Aplicar un manejo adecuado al insecto vector (ver plaga). 


Encrespamiento: Mezcla de Virus 

Síntomas: Las hojas presentan un encrespamiento causando deformación, reducción foliar. Cuando las plántulas del semillero vienen infestadas el ataque es mas severo, causando disminución del crecimiento de las plantas, afectando altamente la producción. 

Si la enfermedad se manifiesta en plantas ya trasplantadas se produce reducción de las mismas, afectándose un cierto grado la producción. La incidencia de la enfermedad esta muy relacionada al incremento poblacional de la mosca blanca y manejo del cultivo. 

En estudios realizados se ha determinado que existe una mezcla de varios virus, los cuales se trasmiten mecánicamente. 

Manejo: 

Aplicar el MIP para el control de los insectos tanto a nivel de semillero como en siembras establecidas (ver plaga). 

Realizar una debida aplicación de fertilizantes. 
Reducir la manipulación de las plantas (ver TMV). 

Acopamiento

Síntomas: Los síntomas se presentan después de los 35 días edad del cultivo, se caracteriza por un amarillamiento, de los bordes de la hoja, hacia arriba dando un aspecto de copa de donde viene su nombre. 

CAUSADAS POR NEMATODOS 
Batatilla: Meloidogyne incognita. 

Síntomas: Las plantas presentan reducción en su crecimiento. A nivel de raíces se observan pequeños abultamientos, que indica la presencia del nematodo en su parte interna causando deformación de las mismas. 

Posteriormente las raíces se secan reduciéndose en número y tamaño. Generalmente los ataques se presentan en forma sectorizada. 

Manejo: 

Manejo adecuado a nivel de semillero, evitar llevar plántulas infestadas. 
En ataque localizados, extraer la planta y quemarla. 
Suelos con baja infestación aplican abundante materia orgánica. 
Ataque severos, rotar con cultivos no afectados por el nematodo como el sorgo. 

OTROS DESORDENES PATOLÓGICOS EN TOMATE

Planta Macho: Etología desconocida 

Síntomas: Deformaciones de hojas en etapa de plántula. Ausencia de yema de crecimiento. La variedad Río Grande, difundida en el país, presenta una mediana incidencia de la enfermedad. Estos síntomas se atribuyen a varios factores: semilla vieja, daños al embrión por altas temperaturas del suelo o a la presencia de un viroide. 

Manejo: 

Evitar llevar plantas machos al campo, haciendo una buena selección de las mismas antes del trasplante. 

Evitar una alta densidad de plantas en el semillero para disminuir la posible trasmisión del viroide por contacto de planta a planta. 

No usar semillas viejas y de procedencia desconocida. 

Pudrición Apical (tapa o culillo): Deficiencia de calcio y/o irregular en la humedad del suelo 

Síntomas: En la parte basal de los frutos, anualmente verdes se presenta un ennegrecimiento o necrosis del tejido acompañado por deformación del mismo. En época de alta humedad sobre las lesiones se pueden presentar desarrollos de hongos, de actividad saprofítica. 

Manejo: 

Realizar análisis de suelo, para suplir deficiencia de calcio. 
Evitar excesiva fertilización nitrogenada. 
Realizar un adecuado manejo en el riego, para evitar sequías en el ciclo.


Semilleros
La realización del semillero o almácigo es una práctica necesaria en la producción de muchas hortalizas, debido a que las semillas son muy pequeñas, necesitan cuidados especiales para lograr una efectiva germinación y posterior manejo de las plántulas. 

Por ello, se dedica este capítulo al tratamiento de los distintos factores a considerar en la construcción, utilización y manejo de los semilleros con fines de producción hortícola. 

La producción de planas en el semillero presenta ciertas ventajas, entre las cuales se encuentran las siguientes: 

Los semilleros pueden ser ubicados en las cercanías de la vivienda del agricultor, lo cual le permite vigilarlos con mas frecuencia. 

Se utilizan estrictamente las cantidades necesarias, lo cual constituye un ahorro de semillas. 

Existen mayores posibilidades para defender a las plántulas de malezas, plagas y enfermedades. 

Se puede seleccionar el material que se va a trasplantar, lo cual representa un aumento potencial de la producción y una mayor uniformidad de las plantas en el campo. 


TIPOS DE SEMILLEROS 
Los semilleros más utilizados son: levantados y pocetas. 

Levantados 

Son franjas de terreno, con una capa de tierra de 10 a 15 cm sobre el nivel del suelo. Este tipo de semillero o almácigo tiene la ventaja que en los sitios donde existe una alta precipitación, las plántulas no sufren por aguachinamiento. Se pueden construir con una estructura de bloques o simplemente levantado la cama del semillero. 

Pocetas 

Este Tipo es el mas común en las regiones semiáridas del país (Valle de Quibor, Siquisique, alrededores de Coro, etc). Este semillero permite el riego por inundación, manteniendo una humedad adecuada en el suelo. 



INSTALACIONES DE SEMILLEROS 
Ubicación 

Lo más recomendable es ubicarlos cerca de la casa del agricultor y donde haya suplencia de agua para el riego; se debe elegir un suelo con bajo contenido de sales, libre de malezas y buena fertilidad. 

Dimensiones 

Estas dependerán del tipo de semillero que se construya: 

Levantados: estos se hacen generalmente al final de la época lluviosa (Aragua y Carabobo), su estructura permie el escurrimiento del agua, lo que trae como consecuencia una incidencia menor de enfermedades, al no haber un exceso de humedad en el suelo. El largo más conveniente es de 10 m y el ancho de 1 m, dejando 50 cm de calle entre semillero y semillero para el paso en labores de riego, desmalezado. 

Pocetas: con este método se facilita el riego por inundación y se conserva mejor la humedad de la superficie del semillero. La longitud puede variar entre 2 y 3 m y la ancha entre 1 y 1,5 m,


Estructura 
Para obtener un suelo con suficiente porosidad, se debe hacer una mezcla de tierra, arena y estiércol. La proporción dependerá de las características del terreno donde se construya el semillero. 

Desinfección 
Las enfermedades mas comunes en los semilleros de hortalizas son las conocidas como “sancocho” y “pata negra”, causadas por hongos que habitan en el suelo. Los productos recomendados para la desinfección de los almácigos son: 

Formol (Formalina 40%): se aplica en dosis de 1,5 litros en 50 litros de agua para 10 m2 de semillero. Se requiere de una coleta para cubrir el semillero, la cual se debe mantener húmeda por espacio de cinco días para luego retirarla, rastrillar y sembrar. Este producto es efectivo contra hongos y bacterias. 

Basamid (MDT): viene en forma de polvo y se aplica en dosis de 40 g/m2. Se debe aplicar uniformemente sobre la plataforma del semillero y mezclarlo bien con el suelo, apisonar ligeramente y dar un riego suave. A los cuatro días es recomendable dar otro riego, a la semana se rastrilla y se deja otros siete días para permitir su total aireación y eliminación de los restos de gases. Actúa contra hongos, malezas, nematodos, bacterias e insectos. 

Bayer 5072 (Fenaminosulf): se recomienda su uso en la desinfección de suelos para semilleros en dosis de 30 a 60 g por cada 100 litros de agua. De esta solución debe aplicarse 5 litros/m2 al almácigo. 

Fertilización 
Luego de preparado el semillero es conveniente aplicar de 150 a 200 g/m2 de la fórmula completa 12-24-12, el cual debe ser incorporado al suelo antes de la siembra (lo más recomendable) o aplicarlo en los primeros días después de la emergencia de las plántulas. 

Siembra 
La semilla en el semillero puede ser distribuida de dos manera: 

Surquitos: se abren pequeños surcos, separados a 10 cm entre ellos, la semilla se distribuye a lo largo del surquito. A los cinco ó siete días después de la germinación, se puede hacer un raleo de plántulas dentro de la hilera con la finalidad de “aclarear” el almácigo. 

Voleo: en este caso la semilla se distribuye lo más uniformemente posible sobre la cama del semillero. 

Cobertura 
En esta práctica muy importante en el logro de buenos semilleros para el trasplante, y consiste en aplicar una cobertura al semillero después de la siembra. Esto evita la desecación del suelo, manteniendo por mas tiempo la humedad en el mismo. En el Campo Experimental de Quibor, dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Lara, se han logrado muy buenos resultados con el uso de la cáscara de arroz, aserrín y polvillo o arenilla de río. Una práctica recomendable, cuando se hace la siembra de la semilla y exista peligro de lluvia, consiste en cubrir toda el área de semilleros con algún material inerte (hojas de cambur, plátano, pasto, etc) que impida el impacto causado por gotas de agua que dejan al descubierto la semilla. 

Riego 
En general, las raíces de las hortalizas son muy superficiales en los primeros estados de crecimiento, por lo que la suplencia de agua debe ser continua para conseguir un óptimo desarrollo de las plántulas. En las regiones frescas, con un riego en la mañana es suficiente. Mientras que, en las regiones muy cálidas, se hace necesario regar dos veces al día. La frecuencia de riego en el semillero se establecerá de acuerdo con el tipo de semillero, de la especie sembrada y de las condiciones climáticas. 

Semilla 
El éxito de una explotación hortícola empieza con la selección de una buena semilla, es decir, con un alto porcentaje de germinación (90% óptimo) y buena adaptabilidad a las condiciones agroclimáticas del área donde van a ser sembradas. Allí radica la importancia del estudio de los materiales importados en nuestras condiciones. La semilla sobrante después de la siembra, debe ser almacenada en cavas a 9°C y humedad relativa de 40% en un sitio fresco y seco, donde pueden permanecer por períodos más o menos largos sin perder su poder germinativo. 

Densidad de Siembra 
Si la población de plantas en un almácigo es excesiva, éstas crecen raquíticas y débiles debido al efecto de la competencia, ocasionando un porcentaje bajo de “pega” en el campo cuando éstas son trasplantadas. Por el contrario, si la densidad es muy baja, se obtienen buenas plantas para el trasplante, pero se requiere de un gran número de semilleros para sembrar una hectárea. Es, por lo tanto, de gran importancia conocer la densidad óptima de siembra para cada hortaliza en particular.

Endurecimiento de las Plantas 
Esta es una práctica de gran importancia en el semillero y se hace con la finalidad de controlar el crecimiento de las plántulas (tomate y pimentón) para lograr un aumento en el contenido de carbohidratos. El endurecimiento se logra reduciendo el riego antes del trasplante y aplicaciones del sulfato de cobre en dosis de 1 g/litro de agua. Ello permite: 

Obtener plantas mas resistentes a la sequía. 

Retardar la formación de nuevos brotes, ya que las reservas de carbohidratos son utilizadas para la formación de las raíces. 

Plantas mas resistentes al trasplante y al almacenaje antes del trasplante. 

Actualmente se está manejando la tecnología de producción de plántulas en bandejas, especialmente de materiales híbridos de tomate y pimentón. 

En el agronegocio venezolano, están disponibles los recipientes de diferentes tamaños y número de receptáculos donde se siembra la semilla y el sustrato que sirve como soporte para el crecimiento de las pequeñas plantas. 

Con las plántulas obtenidas bajo este sistema se logra un 100% de “pega” en el campo y un arranque vigoroso y rápido. 

Trasplante 
En la mayoría de las hortalizas las plántulas están listas para ser llevadas al campo entre la tercera y cuarta semana después de la siembra. En el caso de la cebolla, el trasplante se hace a los 40 ó 50 días después de la emergencia.

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